miércoles, 6 de junio de 2012

Andy Warhol y la maestría del happening

Más allá de la simple experiencia de comer una hamburguesa, Andy Warhol experimenta con la noción de modernidad que alberga el espectador, y la aborda desde un aspecto muy interesante en el mismo happening. El aspecto con el que lo aborda es con la noción de espejo: aprovecha la cotidianidad del hecho de comer, una necesidad biológica humana que se constituyó en una institución social de importancia en la estructura familiar; es decir, el hecho de comer y la forma en que comemos es una característica de lo más representativo en la condición de lo humano en cualquier época. Andy Warhol enfrenta al espectador a la nada de dos maneras en este happening, una es al verse a sí mismo (el espectador encarnado en Warhol) sintiendo que la suprema experiencia de comer la marca Burger King, construida por el marketing televisivo, es básica y mínima, sugiriendo así la levedad de la percepción humana en la modernidad. Los grandes imaginarios de la economía del capital pueden fácilmente redefinir las relaciones de las estructuras más básicas de la sociedad. La otra manera en que el espectador se enfrenta a la nada se relaciona con un aspecto formal del happening y es la reticencia que tiene Warhol a mirar al espectador, esto ocasiona un tipo de incertidumbre al no saber si lo que genera incomodidad es el hecho de ver a Warhol comiendo la hamburguesa o el espectador verse a si mismo como espectador de la ficticia experiencia Burger King.
La frivolidad con la que Warhol representa su producción artística da cuenta de la necesidad que tenía por evocar un momento del ethos humano a través de sus propios clichés y trivialidades. Warhol se vale de los medios de comunicación publicitaria para reafirmar temas como la muerte, el deseo, la sexualidad y el consumo, entre otros, que estaban siendo ocultados por el ímpetu del pensamiento conservador y el pseudo-optimismo del pensamiento consumista publicitario.


1 comentario:

Unknown dijo...

No cabe duda que la sugerencia de Zisek respecto a las sociedades postmodernas, es decir que están obligadas al placer quedan reducidas en el clip de Wharhol a una mera experiencia alimenticia, donde el el placer sugerido por el marketing del fast food y el como se debe comer una hamburguesa queda aniquilado por el simple acontecimiento. Un objeto de rico contenido cultural, en el sentido de que la hamburguesa podría representar en un solo icono la cultura estadounidense, se ve reducido al tamaño del bocado.