viernes, 30 de enero de 2009

Arthur...

“Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda vida es, por esencia, dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre…La vida del hombre no es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido…La vida es una cacería incesante, donde los seres, unas veces cazadores y otras cazados, se disputan las piltrafas de una horrible presa. Es una historia natural de dolor, que se resume así: querer sin motivo, sufrir siempre, luchar de continuo y después morir… Y así sucesivamente por los siglos de los siglos, hasta que nuestro planeta se haga trizas”

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Me vi una noche sólo divagando
con mi atención perdida, como ida
en arte y ciencia de letra leída
esperando así del dormir el cuándo.

Y en la noche la mano quieta estando
y la inspiración roncando dormida
me aburro a veces de la larga vida
y pienso entonces del morir el cuándo.

La culpo ahora a ella aunque no debiera,
por cautivar mi atención con su pasión
y hacer a mi corazón latir presto.

Y si más bien toda su culpa fuera
a cambio pediría su corazón
para que ya nada me importe el resto.

De "La Rosa melancólica y el Filósofo esclerante"

Décima Rosa

Con la misma rosa roja
una historia parecida,
joven amor se suicida
y la sangre el suelo moja.
Rosa roja que despoja
de cuidados a su razón
para tornarlos en pasión.
Y ella que a él dejó ciego
se cree dueña de su juego
pues no se culpa al corazón.

¿Qué pasó esa ajada noche
bajo esa luz blanquecina?
Una mirada asesina
y un demoledor reproche,
ella con su ira en derroche
y él como una roca atento.
Para sucumbir fue lento
Aunque no se resistiera
Y en su corazón ardiera
una Rosa, su tormento.

Amó él la muerte y se entregó
y con lágrimas soñaba
que el día ya no le esperaba
hasta que su sangre regó.
Y ella que en su mismo juego
se quedaría arrodillada
doliendo su alma mellada
y un dedo en el gatillo
dispuesto a apagar el brillo
de su vida desolada.

jueves, 29 de enero de 2009

Mojiganga

Caer despacio y sonreir de angustia,
Vivir muriendo todos los días y esperar el silencio...
Es como cuando uno se estrella la cara contra el cielo nublado.
Hay que hacerle la vida imposible a los amores de nostalgia y deseo.
Y si ya tenemos piel, ¿por qué matamos por conseguir otra?
Y si la muerte no se atreve a mirarte a los ojos aun?
Y si a la vida nadie le dice lo mucho que apesta, cuándo se va a bañar???
No llores que igual el sol sigue saliendo todos los días y le importa un pepino si tú estas ahí o no.
Tan pendeja tú que sigues pensando que los hombres somos de verdad y que los besos enamoran...
Tan pendejo yo que sigo pensando en que me vas a sonreir y que el hombre va a cambiar.
Tan pendejos todos que creen que la unión hace la fuerza.
Y es que el tiempo ni siquiera sabe cómo es él mismo, y cuando se vea en el espejo se va a dar cuenta que ya está muerto...
Ojalá todos no muramos pronto,
igual amar es fracasar mejor.

miércoles, 14 de enero de 2009

Esta no es una canción, y él lo sabe

No es una canción sino una voz angustiada que se resbala saliendo de la oscuridad de tu garganta.
No es una mirada certera sino el intento de conservar tus ojos en la mitad del silencio mientras divago en la mentira de tu alegría.
No es un abrazo sino el egoísmo de mi muerte que no me quiere alejar de tu piel.
No es mi sudor en tu pecho, es la soledad que naufraga cada vez que vuelvo a caer en la oscuridad de mi garganta.
Son los humores, la saliva y los nervios. Es desde las tripas, es una manera de despertar todos los días. Es la luna y su manera de mirarnos cuando no queda más que muerte en los silencios.
Es como cuando la soledad nos envenena con felicidad...
Por eso desde este momento me declaro muda totalmente, silenciosa como el tiempo y eterna como el eco de tu voz.
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lunes, 5 de enero de 2009

Spiral

La carga de verdad me estalla en la cabeza de nuevo mientras miro la pared que no se decide a derrumbarse en terribles depresiones de ansiedad.
Terribles depresiones demuestran el interés que tienen los sueños por volver roca la mirada blanca de los dientes del amor.
Los dientes blancos con amarillo se estallan en la pared que no se decide a derrumbarse en terribles depresiones de ansiedad que terminan por volver azul la mirada que por derecho debería ser roja.
El rojo de los ojos se ahoga en la carga de verdad que por mirar los labios cuarteados y sangrientos, está azul y siniestra calada de frío.
La mentira se vuelve verdad cuando el sol consume su vida quemando los dias que por derecho deberían ser muertos y sinceros como la morena ansiedad depresiva que me envuelve por las mañanas, las tardes y las noches. Y a veces al medio día.
Las noches, llenas de crestas, esculcan los sueños que miró alguna vez el tiempo de pie frente a la pared en la que los dientes ya habían estallado, cuya mirada era ya azul de tanto ser roja, el frío era ya siniestro, el amor había ya defecado, las rocas eran ya perras, y las verdades más azules que nunca.