Los que estamos relegados
a la luz de las cantinas
y a alientos densos
de alcohol barato
Estamos condenados
a las noches en vela
torturados por el esplín.
Nos toca la parte más ruda de la historia.
Los que odiamos que el sol brille
adolecemos los días con desespero,
tenemos la tarea más incierta.
Padecemos la tortura de las voces,
sufrir una vida bohemia
estrellados en todo momento contra la realidad.
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