martes, 28 de febrero de 2012

Dedos

Un sigificado adolesce necesariamente la pérdida de su significante que quedo atrapado en una metáfora. Eso es todo lo que tengo por hoy, además de un frío paralizante que me hace perder el control sobre mis dedos.
Es todo lo que tengo por hoy porque la escritura automática está condenada a fracasar, como fracasó la vida y como fracasó el silencio, que no se pudieron equipara al tiempo.
Mi significante quedó atorado tratando de describir un imposible, un absoluto, un shot de muerte, un mutis fantasmagórico. Quedo atorado mientras los conceptos se derramaban sobre sandeces y se enlazaban a viejos mitos y nuevas palabras. Pero un poco de eso padecen todas las letras, un revoltijo de sangre seca y bilis nueva, unas muertes y unos amores perdidos. Menos mal caí en cuenta a (tiempo) y puedo hacer algo al respecto.
Pero básicamente es todo lo que tengo por hoy porque ya empieza a desprender un olor nauseabundo, a moho y a viejo, huele un poco como a cantaleta de puta vieja (porque parece ser cantaleta de puta vieja).
Aunque a veces quisiera dar cantaleta en lugar de simplemente no decir.

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