viernes, 13 de enero de 2012

Thich Quang Duc

Antes de cerrar los ojos y dirigirme hacia la figura de Buda, suplico respetuosamente al presidente Ngô Đình Diệm que tenga compasión de los habitantes de la nación y que desarrolle una igualdad religiosa... Llamo a los venerables reverendos, miembros de la sangha y predicadores budistas para que se organicen y hagan ofrendas con el objetivo de proteger el budismo.


Such a noble thing.
Los restos de la pasión quedan intactos en el corazón. La voluntad, el honor, la paciencia. Con la piel ardió lo que quedaba de sincero de una pobre humanidad, con sus ojos ardió lo último que quedaba de misterio, con su boca ardió la voz que frágil y paciente nunca se levantó. En sus puños ardió la paz, la compasión eterna del universo. En su vientre fulguró su espíritu, desorientado y disipándose hacia las estrellas. Sólo quedó su corazón, el triste corazón que latió con el ímpetu que ningún otro laterá, y con el silencio que jamás volveremos a escuchar.

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