sábado, 25 de septiembre de 2010

Nena, ya no me dices love, enmudecieron las estrellas.
Sabes qué, tus palabras me empiezan a saber a mierdita un poco revuelta con ácido, a romperme el estómago por dentro y salirse por mis poros.
Nena, ya no te duele si callo y si me muero de silencio.
Sabes? empiezo a oler a ti, a tu muerte, a tu ropa colorida y a tus ojos que me drogan.
Nena, dejaste de aparecer en mis sueños, yo ya no estoy en los tuyos.
Sabes? ya ni siquiera me acuerdo de tu piel, apenas me acuerdo de los sonidos en la oscuridad.
Nena, mis miradas te parecen mentiras, aunque nunca te dejé de mirar.
Pero sabes qué? ahí estoy, con sarna, arrepentido recostado en la mitad de toda la basura que salio de tu boca. Esperando, emborrachándome otra vez para que no vuelvas, o para que sí vuelvas, o para que me peges un tiro en medio de la embriaguez, del amor de palabras, de mentiras flojas.

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