Es un desencanto decadente, un fracaso de desencanto. Es un desencanto que no alcanza a ser él mismo porque se fatiga en el intento. Es una boca soltando palabras sucias que ni siquiera tienen mugre en sus vértices; si saben a lo que me refiero. Es un fracaso, pero no como los de Beckett, es un fracaso que ni siquiera es redondo, es obtuso y fallido, como cuando un cretino intenta dibujar un círculo, un círculo(,) cretino.
Es como cuando se trata de escribir con la cabeza en otras cosas, como ahora, que pienso en que de nuevo voy a dejar un escrito a la mitad.
Es un fracaso fallido, o sea un fracaso doble, en un solo intervalo de tiempo; puta vida! y pensar que las cosas iban tan bien.
Estamos jodidos, es peor que intentar suicidarse con tres cervezas y el rocio de la mañana, tarde o temprano nos llenamos de vida sin darnos cuenta.
Y como pesa, es que uno no se desencanta a medias, uno se desencanta o ni siquiera hace el intento.
Es una triste mierda, es un fracaso lento, un desencanto pesado que se toma su tiempo y descansa, que no trata de describirse a si mismo y me toca a mi.
Es un mother fucker desencanto que me tiene harto de tanto esperar.
A veces me dan ganas de torturarlo con navajas de odio y humillación, pero primero esperemos a ver qué pasa.