Y estoy castrado, perdí mi útero tratando de encontrar un camino seguro de cabalgar...
La potencia viril, el poder de mi vagina se esfumo cuando me decidí a bajar las escaleras, a entregarme al ruido de palabras prosaicas. Me perdí y me deshice en silencio viéndome perecer una vez...
Este no era un juego como yo pensaba, fue una ablación; una mutilación a la que me puedo acostumbrar, pero nunca jamás recuperaré mi verdad. Porque se murió con mi oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario